Lisboa bela…

por Valentina Ducati

Pues una vez más así se desarrolló este viaje, pensando una mañana, ¿por qué no hacer una escapada al país vecino  antes de unas merecidas vacaciones de Navidad?.
Y así fue, tanto Eva como yo decidimos irnos a conocer esa capital de la que tanto habíamos oído hablar y que por alguna extraña razón nunca nos habíamos decidido ir.

He de reconocer que el viaje fue muy breve pero intenso, tan solo estuvimos 4 días, por lo que teníamos bien estudiado los principales lugares que debíamos visitar en los barrios más importantes: Baixa, Barrio Alto, Chiado, Alfama y Belém, cada uno de ellos con un estilo y encanto particular.

Si hablamos sobre la época en la que estuvimos, sinceramente, a pesar del frío y algo de lluvia que nos tocó sobrellevar, creo que es uno de los mejores período para viajar, podréis encontrar más ofertas que nunca en los vuelos y os evitaréis la masificación de turistas, sin contar que disfrutaréis de las calles, escaparates y ambiente navideño de una Lisboa mucho más especial.

Volviendo a nuestra ruta empezaré por La Baixa, lo primero que nos explicaron acerca de este barrio es que está completamente reconstruido tras haber sufrido la ciudad el terrible terremoto en el 1755, es el más céntrico, importante y comercial de la capital. Sus calles geométricas, con un cierto estilo clásico y donde puedes observar las fachadas cubiertas de los típicos azulejos de Lisboa no dejaban de captar nuestro interés por momentos.

Conforme íbamos paseando llegamos a la Plaza de los Restauradores; tras atravesar la Avenida de la Libertad pudimos llegar a la Plaza del Marqués de Pombal, tan solo os diré que en algunos momentos tuvimos la sensación de que nos habíamos trasladado al siglo XIX debido  a esos edificios tan majestuosos que nos arropaban a cada paso.

También nos deleitaron la Plaza de Rossio, Plaza Figuera y Plaza del Comercio, he de admitiros que esta última, personalmente me encantó; en esta misma plaza fue donde antiguamente estaba situado el palacio real. Antes de llegar a ella nos subimos al famoso elevador de Santa Justa, por cierto, uno de los principales atractivos de la ciudad ya que desde ella pudimos disfrutar de unas increíbles vistas.

Lisboa 154

De ahí nos fuimos al Barrio Alto al cual puedes acceder desde este último, este ensanche representa la Lisboa alternativa debido a la cantidad de bares y pubs que albergan en la zona; una de las cosas que más nos llamó la atención fue, no solo la cantidad de grafitis que puedes encontrar a su paso, sino también el gran número de ropa tendida en las diferentes ventanas.

Probablemente este sea el mejor lugar de toda la ciudad para poder disfrutar de unos fados, por si no lo sabéis, el fado es la expresión musical más conocida de la capital lusa, en él se expresan los malos momentos de la vida a través del canto, melancolía pura, si tenéis la oportunidad de presenciar alguno no debéis obviarlo de vuestra lista de “imprescindibles”.

De ahí pasamos al Chiado, este barrio está situado entre los otros dos, es la parte más elegante y bohemia de la ciudad, es conocida como el “Montmartre” de Lisboa, éste fue totalmente reconstruido tras el incendio de 1998.

Si vais a este barrio debéis ir al famoso café A Brasileira, en cuya terraza podréis encontrar la conocida estatua de Fernando Pessoa, poeta Portugués, y con el cual es inevitable hacerse una foto.

He de reconocer que personalmente el barrio que sin duda me cautivó fue el de Alfama, distrito con  mucho encanto y uno de los lugares más pintorescos de la ciudad, perfecto para perderte en él durante horas.

Es un antiguo barrio de pescadores con influencias judías y musulmanas lleno de callejuelas, balcones y con aire decadente. Pasear por él es como retroceder en el tiempo y descubrir rincones únicos donde te encuentras tiendas de esas de toda la vida, es ideal para recorrerlo a pie a pesar de la cantidad de cuestas que hay por todas las calles.

En este barrio pudimos disfrutar del Mercado Feira, el Mirador de Santa Lucía, el Panteón, la Catedral de Lisboa y Castillo de San Jorge este último sobrevivió al terremoto de Lisboa del año 1755. Para poder acceder a esta zona sin duda os aconsejo que cojáis el tranvía n. 28 el cual os hará sentir que habéis retrocedido en el tiempo por unos instantes.

Nuestro viaje se iba acabando y no podíamos marchar sin visitar la conocida Belém, donde pudimos deleitarnos de sus famosos pastelitos y a la vez quedarnos embelesadas de una de las arquitecturas más bellas que he visto a lo largo de mis viajes, la Torre de Belém, declarada Patrimonio de la Humanidad.

Lisboa 182

Definitivamente Lisboa es una de aquellas ciudades que te enamoran segundo tras segundo, lugar con un encanto y una cultura indiscutible, nada que envidiar a cualquier capital europea y por qué no decir también, perfecta para vivir.

Me despido de ella no con un fado pero sin con “Saudade” (melancolía) como dicen los portugueses…Até logo Lisboa bela…(Hasta pronto Lisboa bella)

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5 comentarios

Marie 13/12/2015 - 21:32

Este viaje ya lo hice dos veces y ahora una tercera vez antes de acabar el finde 😉
Mi sonrisa al mencionar los grafitis…el brum brum de mi barriga pensando en los pasteis de belem…y mucho mas! Obrigada Valentina

Respuesta
Ariadna 13/12/2015 - 21:50

Pastel es du belem! Que buenos! Por no hablar de la gente tan simpática que conocimos allí! Gracias por recordarme la belleza de esta ciudad que tanto disfrute! No dejes de sorprendernos con tus viajes Valentina!

Respuesta
Gemma 13/12/2015 - 22:03

Siempre he tenido muchas ganas de visitar Lisboa, pero despues de leerte, Valentina, se que este año sin duda la visito, que ganas me han entrado de conocerla y de pasearme por ella y por sus callejuelas. Gracias un Domingo mas por regalarnos y compartir con nosotros tus fascinantes viajes!

Respuesta
Rafa 15/12/2015 - 08:21

Entretenida lectura, hace que conozcas un poco mas esta capital, yo estube hace unos años, pero de pasada. Buenos detalles, la proxima vez estarè mas atento .

Respuesta
Manuel verdugo 16/12/2015 - 00:02

Precioso artículo, como preciosa es Lisboa, no recuerdo el nombre de la pastelería donde compramos ‘el pastel de nata’, pero por lo que nos contaron era la pionera y la mejor, excelente viaje sin duda…
Obrigado Valentina.

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