Espíritu mediterráneo en la isla que no existe

por Marco Bonsanto

El Gargano es una subregión de Italia que coincide con el promontorio montañoso del mismo nombre y que se extiende por el norte de la Región de Apulia. Por su situación geográfica, mojada por tres lados del mar Mediterráneo (Adriático si hablas con italianos), también se le llama el espolón de Italia.

El territorio del Gargano, sin embargo, tiene unas características muy diferentes a las de los clásicos paisajes de Apulia (llano con una buena dotación de infraestructuras). El término Gargano deriva de la antigua palabra griega Gargaros, que significa montaña de piedra.

Gargano desde el espacio

En la “isla” de Gargano encontrará, a pocos minutos en coche, zonas boscosas con frondosos pinares, paisajes montañosos, bosques, una espectacular costa llena de acantilados de piedra caliza blanca, cuevas marinas, largas playas de arena y pueblos con vistas al mar, pueblos fortificados e incluso dos lagos. En definitiva, la variedad del paisaje es una de las características más destacadas de este territorio.

Llegar a estos lugares significa buscar una experiencia de viaje libre y agreste, sin un destino fijo ni ritmos que impongan el estrés de tener que ser puntual y súper organizado. En estos lugares los horarios, sobre todo en verano, los marca el sol que te aconsejará el lugar más adecuado para el día.

El contacto con la naturaleza, ya sea marina o terrestre, se amplifica aquí y el viaje es recomendable para todo el mundo, desde las familias hasta las personas que buscan relajarse después de un año (trabajando y viviendo confinados) pesado, pasando por los que buscan lugares donde su réflex o su cámara fotográfica puedan captar colores y paisajes inolvidables o los que a bordo de sus dos o cuatro ruedas quieren recorrer carreteras que aumenten la experiencia de conducción y al mismo tiempo llenen los ojos de maravilla.

Creo que si has leído hasta aquí ahora es imprescindible continuar este viaje y lo haremos con un recorrido que partirá de las cumbres de esta “isla” y llegará al nivel del mar, haciendo una breve parada en el encantador casco antiguo de un pueblo que celebra el amor. Uno de los lugares simbólicos del Gargano es sin duda la Foresta Umbra, el gran pulmón verde del sur de Italia.

Foresta Umbra

La reserva natural es un área natural protegida (inalienable y propiedad de la Administración Forestal del Estado) situada en la parte más interna del Parque Nacional del Gargano. Debe su nombre a la espesa vegetación que la hace muy umbrosa durante muchos tramos. La Foresta Umbra tiene una superficie de unas 10.000 hectáreas y presenta una geografía irregular con montañas que alcanzan los 800 metros sobre el nivel del mar, mientras que algunas partes se acercan a la costa.

Debido a su microclima, es ideal para practicar el excursionismo o los paseos relajantes incluso en verano, pero es una zona para explorar a todas las edades. Muy interesante, sobre todo para los niños, es el fácil camino que rodea el lago artificial, lleno de carpas, siluros, tortugas y sapos que a menudo emergen de la superficie para alimentarse de las migas de pan que lanzan los niños.

Foresta Umbra – Lago artificial

También hay una zona protegida en la que se pueden admirar ciervos y un magnífico parque infantil hecho enteramente de madera, completamente inmerso en la naturaleza. La Foresta Umbra cuenta con más de 2.000 especies vegetales y es el mayor bosque caducifolio italiano con hayas, verdaderos monumentos botánicos, con alturas de más de 40 metros y diámetros de más de un metro.

Desde 2017 estos bosques son Patrimonio de la Humanidad. En cambio, en las zonas costeras hay una fuerte presencia de pino carrasco. También es rico el sotobosque, con la presencia de acebos, enebros y orquídeas silvestres. La fauna también es muy rica y variada, es típico el ciervo itálico, autóctono del Gargano, el jabalí, el tejón, la comadreja, el lirón, el búho y muchas otras especies.

Aunque el Gargano y la Foresta Umbra son reticentes a mostrar al mundo las medallas y premios de los que pueden presumir y representan menos del 1% del territorio nacional, pueden considerarse la capital del reino de la biodiversidad. De hecho, en estos territorios están presentes el 40% de la flora italiana y el 70% de las aves anidadas de todo el país. Otro reconocimiento lo representan las más de 60 especies de orquídeas silvestres, ¡un auténtico récord para toda la cuenca mediterránea!

Casco Viejo – Vico del Gargano

Saliendo de la Foresta Umbra encontramos, a 15km al norte, el pueblo de Vico del Gargano, uno de los “pueblos más bonitos de Italia”. El encantador casco antiguo es de origen medieval y conserva muchas de las características originales y la arquitectura típica de las pequeñas ciudades de montaña del sur de Italia.

Son ejemplos el castillo construido por los normandos en el siglo XXII y ampliado por Federico II de Suabia, las murallas con las características torres de base redonda del siglo XXIII y las numerosas iglesias, entre ellas la de la Matrice, con su portal de piedra y sus altares, entre ellos el de San Valentín, protector de la ciudad y patrón de los enamorados. Aquí en Vico el 14 de febrero celebramos el amor con un símbolo de la naturaleza, la naranja.

Altar de San Valentín

De hecho, fue elegido en el siglo XV por los vecinos un santo que se celebraba en invierno y que podía asegurar las cultivos de los duros climas invernales. De hecho, si un día se dedica al amor, los 364 restantes se dedican al cuidado del territorio que, además de ser rico en cítricos, ve en el olivo y en el aceite su máximo esplendor. La cultura campesina del Gargano es un regalo que también se puede encontrar en la mesa.

Comidas sencillas, poco elaboradas, pero con un sabor auténtico, que incluso en tiempos de pobreza los vecinos se daban el lujo de comer, siendo siempre fieles a la dieta mediterránea. Es muy difícil elegir un plato típico, pero el ingrediente que nunca falta en las mesas es el pan, que las hábiles manos de los jóvenes cocineros (como Matteo del restaurante Amado) o las habilidosas amas de casa tratan de diferentes maneras.

Mejillones rellenos

Su majestad el pan puede ser aderezado con tomates, aceitunas y queso caciocavallo (un producto obtenido de la leche de las vacas podólicas), puede ser “infusso” (en dialecto significa mojado) y propuesto en una sopa con verduras de temporada y hierbas selváticas o puede ser mezclado con huevos, queso rallado y perejil para ser el relleno de un mejillón.

Acantilado divisorio entra Playa de San Menaio y Calanella

Saliendo de Vico del Gargano y dirigiéndose hacia el extremo norte del Gargano, tras unos 5 km encontramos las playas de San Menaio y Calenella. Una de las primeras bendiciones que tendrá es poder ver el amanecer y el atardecer sobre el mar (algo no tan habitual en la Italia peninsular). Estas playas de arena fina se pueden disfrutar todo el año y cada día ofrecen colores y olores diferentes.

Puesta del sol en la Playa de San Menaio

Acepta el reto de hacer una foto al día, cuando vayas a verlas verás que los tonos del cielo y del mar cambian de un día para otro, así como los colores de los acantilados (que dividen las dos playas) o los pinos que dan al mar.

Las mejores épocas para disfrutar de la naturaleza son la primavera, el verano y el otoño; si quiere experimentar la autenticidad del mar, junio y septiembre son los mejores meses (en invierno se pueden apreciar mejor los tonos azules y celestes), mientras puede disfrutar el casco viejo de Vico del Gargano durante todo el año.

Tomo prestadas las palabras de Gaudí, que como yo nació en el Mediterráneo y dijo: “la visión del Mediterráneo es, para mí, una necesidad”. ¡Feliz Gargano a todos!

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