¿Qué hacemos este verano?

por Escarlata O’Donnell

Después de los días de lluvia, siempre llega el verano y con él las vacaciones, ese tiempo tan esperado y deseado por todos. Y ahora mismo, te encuentras en el punto de escoger qué vas a hacer o dónde vas a ir. Llega el momento de la gran pregunta del año ¿Qué hacemos este verano?

Si tienes la suerte de trabajar en una empresa en la que puedes escoger tus vacaciones, imagino que este momento lo tienes más que pensado; pero si formas parte de ese 95% de la población que no goza de esas ventajas, te toca hacer un encaje de boliche: pregunta las vacaciones que se hacen en tu empresa, organizarte con tus compañeros para cubrir las vacantes; organizarte obviamente con tu pareja o compañeros de viaje, que también habrá hecho su propio encaje de boliches.

Una vez has superado este punto puedes empezar a soñar 🙂 :

¿Dónde te apetece ir?

¿Qué te gustaría ver o conocer?

¿Qué querrías hacer?

¿De cuánto tiempo disponemos?

¿Cuál es el presupuesto?

Yo me encuentro en este momento. Como cada año, cojo el mapamundi, lo miro y lo observo detalladamente. Y al final siempre acabo pasando por las mismas fases: cojo el mapamundi con una idea fija de dónde quiero ir, después hago mi búsqueda por Internet: información sobre el país y vuelos, muy importante los vuelos. Lo desestimo, es muy caro. Y así con varios destinos. Me desanimo, pienso que no hay ningún destino que me llame la atención más que los que he barajado previamente como opciones. No porque desconsidere destinos preciosos, pero porque soy de la opinión que es mejor aprovechar el verano, que es cuando tienes más días, para hacer viajes largos o lejanos. Siempre puedes ir a Austria, Francia, Italia un fin de semana o verlo a trechos. Y además, porque todavía soy joven para aguantar según que cosas ;). Eso hace limitar mis opciones de viajes, pero también lo hace más emocionante. Así que vuelvo al mapamundi y debatiéndolo con mi compi de viaje, nos miramos el mapa como si estuviéramos en busca del tesoro y ¡decidimos!

Lo primero es volver a buscar vuelos, no vaya a ser que hayan subido de precio y tengamos que descartar de nuevo la opción. Mi truco es buscar en un buscador como SkyScanner o Kayak, por ejemplo, para ver todas las posibilidades y opciones de vuelos que hay. Posteriormente, voy a la página web de la aerolínea a chequear el precio del mismo billete. Por mi experiencia, suelen ser más baratos en la propia web de la aerolínea, los buscadores siempre se llevan una comisión que pagas tu como “gastos de gestión”.

En cuanto tienes los billetes ¡ya lo tienes! ¡Ya lo tienes todo! ¡Te vas! ¡Emoción! ¡Alegría! ¡Alboroto!

Empieza la aventura: investigar sobre el destino. Nosotros siempre leemos Magellan, nos compramos guías y preguntamos a amigos para que nos den consejos o buscamos por blogs de gente que pueda contar experiencias personales sobre el terreno.

Si en algún momento de mi vida, he dudado o no me ha convencido algún destino que ya he escogido, mi percepción siempre ha cambiado cuando he vuelto. Cada país que he visitado, de diferentes maneras, me ha enamorado y nunca jamás me he arrepentido porque en cada uno de ellos he disfrutado y he aprendido.

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