Viaje a Transilvania tras la sombra de Drácula

por Fernando Baquero

Vampiros, misteriosos castillos medievales, hombres lobo, oscuros y aterradores paisajes en los que el sentido común recomienda no entrar… Esa es la imagen que el cine, la literatura y, por qué no, el marketing han querido vender de esta zona de Europa del Este. Rumanía reniega y a la vez adora la imagen que la leyenda de este vampiro traslada del príncipe Vlad, el héroe nacional que derrotó a los turcos. Su historia negra, sobre todo su afición a empalar a sus enemigos, inspiró al escritor irlandés Bram Stoker a convertirle en el Conde Drácula, el más famoso de los vampiros.

La película de Francis Ford Coppola fue un gran altavoz que catapultó a este personaje a la eternidad. Drácula es hoy en día el gran embajador turístico de Rumanía, para lo bueno y para lo malo. Un mito que, en lugar de envejecer, rejuvenece gracias a quienes han hecho de él un modo de vida.

Drácula de Francis Ford Coppola

Transilvania, ese lugar de devoradores de plasma y criaturas con inclinación por la carne humana, es una vasta franja de tierra en el centro de Rumania. Flanqueada por las montañas de los Cárpatos, es en realidad el hogar de ciudades medievales perfectamente conservadas, una ciudad universitaria internacionalmente reconocida, rutas de senderismo interminables y el rincón de Europa que conserva la mayor concentración de osos y lobos de Europa.

Esta enigmática región europea es un lugar místico, lleno de historia y tradiciones que ocupa una tercera parte de Rumanía y es más grande que Austria. Un viaje a Transilvania significa conocer su identidad cultural y disfrutar de la vida apacible y arcaica de la mágica campiña rumana. Sus habitantes conservan sus tradiciones, sus costumbres y su forma de entender la vida en perfecta sintonía con la naturaleza. Un modo de vida que se ha conservado en una burbuja de tiempo, sin industrialización, civilización moderna ni turismo de masas.

Magellan Magazine te sugiere algunos de sus más insólitos rincones. Ciudades medievales y fortalezas, monasterios, iglesias de madera, museos y joyas de la naturaleza como los Cárpatos o el delta del Danubio. Pasear por pintorescas ciudades como Sighisoara, recorrer acogedores pueblos como Bran, viajar por carreteras semidesiertas son algunos de los encantos de “el país que se extiende más allá de los bosques”.  Nos adentramos en Transilvania, una ruta construida a partir de las huellas de Drácula.

Brasov

Brasov

Brasov es la puerta de Transylvania y una de las ciudades más bellas de Europa adornada con elementos góticos y barrocos mezclados con edificios modernos y restaurados. La parte medieval de la ciudad conocida como el casco antiguo está bellamente conservada, y la mayor parte de la fortaleza, las torres de vigilancia y las antiguas puertas de la ciudad están abiertas para los visitantes. Su atracción más popular es la Iglesia Negra, que recibió su nombre debido a un incendio que ennegreció las calles adyacentes.

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Castillo de Bran

Castillo de Bran

Comúnmente conocido como el castillo de Drácula, es probablemente el castillo medieval más famoso de Rumanía. Se cree que una vez tuvo prisionero a Vlad el Empalador. La inusitada crueldad de la que hizo gala durante su gobierno dio pie a una leyenda diabólica que pasó a la literatura de la mano de Bram Stoker. Encaramado sobre un acantilado escarpado, es la atracción turística número uno de Rumanía. El castillo fue fuertemente fortificado y utilizado a lo largo de los siglos como una posición defensiva contra la invasión del Imperio Otomano.

A pesar de la creencia popular, la verdadera historia es que Vlad el Empalador (Vlad Tepes) tuvo poco que ver con el castillo, donde sí se alojó en ocasiones. Aunque el infame Conde Drácula es lo que hizo tan popular al Castillo de Bran, esta impresionante y aparentemente impenetrable fortaleza medieval tiene una fascinante historia de 700 años. La mayoría de las habitaciones se han convertido en áreas de exposición que muestran cómo era la vida de la familia real rumana cuando el castillo se convirtió en residencia real en la década de 1920.

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Parque natural Piatra Craiului

Parque natural Piatra Craiului

La cresta de piedra caliza más alta y más larga de Rumanía que mide 25 kilómetros de largo es inconfundible con sus picos escarpados que rascan el cielo. La belleza del Parque Piatra Craiului aparece en escenas de la película Cold Mountain filmada aquí en 2003. Las 9.900 hectáreas del Parque Nacional están llenas de más de 100 especies de aves, 200 especies de mariposas y más de 150 especies de plantas en peligro de extinción. Su don más preciado es un sendero que durante dos días cruza la cresta del macizo, rodeado de hermosas cuevas, lagos glaciares y prados de cuento de hadas.

Ciudadela de Sighisoara

Ciudadela de Sighisoara

La Ciudadela fue construida por los sajones en el siglo XII y es, hasta el día de hoy, una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Gracias a su auténtica atmósfera y arquitectura medieval, Sighisoara fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus calles estrechas y adoquinadas, las iglesias antiguas y las torres y murallas defensivas. Uno de los principales atractivos de la ciudad es la casa donde nació Vlad el Empalador, el famoso príncipe rumano que vivió en el siglo XV y que inspiró la leyenda de Drácula. La Ciudadela todavía cuenta con nueve torres de defensa, dos bastiones y una hermosa plaza principal que alberga ferias artesanales durante todo el año.

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Mina de sal de Turda

La mina de sal de Turda

La mina de sal de Turda es una de las minas de sal más antiguas del mundo. Se cree que las primeras excavaciones fueron iniciadas por los romanos hace 2.000 años, pero la mina de sal con las grutas y túneles que tiene ahora data del siglo XVII.  La mina tiene unos 120 metros de profundidad y hoy en día es un parque temático. Posee un museo que documenta el proceso de extracción de sal de sus paredes, diversos equipos utilizados para ello y las cuevas de extracción que los turistas pueden visitar.

Con instalaciones de iluminación cuidadosamente colocadas, ofrece una sensación mágica y única del parque con forma de OVNI, con boleras, campos de minigolf, canchas de ping pong, spas y áreas recreativas. Y con atracciones como un lago salado subterráneo y una noria, no es de extrañar que la mina de sal de Turda sea un destino popular.

Sibiu

Sibiu

Capital Europea de la Cultura en 2007, Sibiu conserva la grandeza de sus primeros días, cuando los gremios ricos y poderosos dominaban el comercio regional. El centro histórico de la ciudad alta, hogar de la mayoría de los sitios históricos de Sibiu, y la ciudad baja, bordeada de coloridas casas en calles adoquinadas y delimitada por imponentes murallas y torres de defensa con vistas al río Cibin, son de una belleza inbsuperable. Sibiu es una base ideal para explorar el campo y los pueblos cercanos. Situada a los pies de las montañas Cindrel, a media hora en coche de Sibiu, se encuentra Marginimea Sibiului , una cadena de 18 pueblos ricos en arquitectura, historia y patrimonio.

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Cluj Napoca

Cluj Napoca

Asentamiento dacio de Napoca en el siglo II d.C., es hoy un vibrante centro cultural y universitario. La plaza principal, con edificios de los siglos XVIII y XIX, está dominada por la Iglesia de San Miguel del siglo XV, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica en Rumanía. La plaza también alberga el palacio barroco de Banffy del siglo XVIII , que alberga las colecciones de armas y pintura rumana. La sección al aire libre del Museo Etnográfico de Transilvania es una verdadera muestra de arquitectura popular.

Bistrita (foto: Zagrean Viorel-Shutterstock)

Bistrita

Situada al pie de las montañas de Bargau, la ciudad de Bistrita es una de las más antiguas de la región. Los colonos sajones, que se establecieron en el área en 1.206, ayudaron a convertir la ciudad en un floreciente puesto comercial medieval. Las pintorescas casas de comerciantes de los siglos XV y XVI del casco antiguo, los restos de las murallas de la fortaleza del siglo XIII y el ritmo pausado de la ciudad han conservado algo de la atmósfera medieval que alguna vez fue próspera en Bistrita. La Iglesia Evangélica Sajona del siglo XIV, la casa del platero, la Torre de Coopers y el Museo de Historia del Condado son visitas inexcusables.

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Medias

Medias

El centro medieval del antiguo asentamiento de Medias tiene un encanto particular, con callejuelas estrechas y sinuosas, casas centenarias y una gran plaza peatonal. La iglesia evangélica de Santa Margarita, erigida en el siglo XV sobre las ruinas de una basílica romana, domina el casco antiguo. La iglesia, rodeada por dos filas de muros y varias torres de defensa (una de las cuales sirvió como celda de prisión para Vlad el Empalador en 1.467), cuenta con tres magníficos retablos góticos, un colorido órgano barroco y algunos frescos de principios del siglo XV.

Sin lugar a dudas un viaje a Transilvania es una experiencia inolvidable, un destino al que uno llega en ocasiones siguiendo los pasos de Drácula, para acabar cautivado por la singular belleza de la campiña rumana.

Cementerios fascinantes que cuentan grandes historias

 

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1 comentarios

Roman Padron 20/03/2021 - 21:15

eXCELENTE TRABAJO DE LA LITERATURA TURISTICA.

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