Ruta vinícola por la campiña francesa

por Enzo Palladini

Un año y medio después, con el deseo infinito de comenzar de nuevo y revivirlo todo, tal vez con otros descubrimientos y otras revelaciones, he aquí la historia de un viaje a lugares que son una caricia para el corazón.

Mil veces soñado, cien veces diseñado, noventa y nueve veces aparcado o pospuesto. Por fin realizado. En un abril frío pero soleado, en la que quizás no sea la temporada ideal para un recorrido de este tipo (seguramente a finales de agosto y septiembre en plena vendimia y con los colores del otoño se hubiera rozado la excelencia) pero igualmente maravilloso, voluptuoso, inolvidable. Nueve días siguiendo las rutas de los grandes vinos franceses: Borgoña, Champagne, Beaujolais.

Paisajes de ensueño, catas fantásticas, degustaciones selectas. Sin excesos, dejándonos llevar por la inspiración, día a día, con una mirada puesta en el cielo y la otra sobre las previsiones meteorológicas. Sin prisas, disfrutando cada momento genuinamente, dejando atrás las preocupaciones y obligaciones. Un viaje para compartir y recomendar.

Día 1: Milan-Lyon

Coche cargado, pero con un espacio estratégicamente reservado para las botellas que nos acompañarán en el viaje de regreso, tiempo variable pero no preocupante. Autopista sin grandes obstáculos, Turín queda rápidamente atrás como si hubiera pasado solo un segundo, el túnel de Frejus lo devoramos en un momento, algún pequeño obstáculo en el lado francés en forma de obras, nada de qué preocuparse, bocadillo en un centro comercial de una carretera nacional, y ya estamos en Lyon.

Basílica de Notre Dame de Fourivière

Parada elegida para adentrarse en la nueva realidad; alojamiento estratégico en el Hotel Richelieu Part-Dieu, habitación pequeña, pero ubicación idónea, aparcamiento a diez metros, precio razonable, justo detrás de la estación, pero en una calle tranquila, a diez minutos caminando del centro. Imposible no acercarse a rendir homenaje a la Basílica de Notre-Dame de Fourivière, en la colina que domina el centro de la ciudad.

Una emoción agradable en el funicular, la foto habitual con Lyon de fondo, para continuar con un paseo por el Vieux Lyon, la ciudad vieja bajo Notre-Dame, en busca de un lugar que pueda honrar la fama “gourmet” de esta espléndida ciudad. La vista y el olfato nos empujan hacia Le Francois Villon y la elección es acertada.

Lyon

Nos dan la bienvenida con una sonrisa sincera, el servicio como tiene que ser, espléndida ensalada de pechuga de pato con manzanas y tomates secos, un cordero que no olvidaremos, al igual que la botella de Beajuolais que desaparece en un instante. Saludable paseo hasta el hotel, y a partir de ese momento empieza el baile en serio.

Día 2: Lyon-Beaune

Nada de autopista. 160 kilómetros recorriendo la campiña francesa son un momento inigualable para el placer de conducir. Descanso reparador en Mâcon, la puerta de Borgoña, una hermosa ciudad con un paseo inolvidable a la orilla del río y perfecta para disfrutarla al aire libre, pasando por un kebab olvidable en la misma orilla del río, para seguidamente llegar a Beaune con su increíble y fascinante centro histórico amurallado.

Alojamiento a solo unos cientos de metros de las murallas, el hotel La Villa Fleurie, un edificio de dos plantas, pocas habitaciones, gestión familiar en el verdadero sentido de la palabra, extrema amabilidad, la sensación de estar casi como en la propia casa. A pocos minutos a pie del centro de la ciudad, que está a la altura de las expectativas con sus calles peatonales, sus casas medievales, la alta concentración de enotecas y “wine bar”.

Mâcon

Aperitivo casi obligatorio en Le Vintage, a continuación la temperatura sugiere entrar en La Grilladine, un local muy tradicional, un servicio esmerado pero algo formal; quedarán para el recuerdo los caracoles muy bien cocinados y el tartar de salmón. El ambiente empieza a caldearse.

Día 3: Beaune-Digione-Nuits Saint Georges-Beaune

El morro puntiguado del coche se asemeja al de un sabueso mientras recorre la ruta de los “grand crus” de Borgoña. Breve parada a mitad de camino para visitar el singular pueblo de Nuits-Saint-Georges, si bien de momento nada de catas, el día acaba de empezar.

Objetivo Dijon, ciudad que confirma todo lo bueno que he leído sobre ella. Recorrido entre las incontables bellezas de la ciudad y almuerzo al aire libre en la suntuosa Place de la Liberation en el Café Gourmand, que no es un lugar turístico como uno podría imaginar fácilmente, sino un restaurante donde puedes comer y beber bien; la pechuga de pato con calabaza y manzana compensa un ligero escalofrío cuando se pone el sol, y sin duda proporciona la energía adecuada para continuar con la visita y seguir ruta a media tarde, cuando la siguiente parada en Nuits- Saint-Georges permite (esta vez sí) una buena degustación de vino tinto, y compramos los primeros caldos para llevar a casa.

Llueve en Beaune, con una cierta intensidad. No importa. Nos cubrimos y activamos gps dirección a L’Ardoise, un restaurante típico de Borgoña, servicio atento y cortés, platos de nota como caracoles con puré, filete de cerdo con espárragos, pato a la miel, surtido de quesos y pastel de chocolate caliente. Esta es Borgoña, esta es la esencia del viaje.

Día 4: Beaune-Flavigny-Fontenay-Beaune

No se puede concluir una estancia en Beaune sin haber visitado el Hotel Dieu, un edificio construido en el siglo XV que se utilizó inicialmente para tratar a los pacientes más pobres de una ciudad, que en ese momento había sido devastada por la Guerra de los Cien Años.

El Hotel Dieu

En la actualidad es un museo extraordinario y representa una fantástica lección de historia para adultos y niños, gracias también a la audio guía que se entrega al visitante junto a la entrada. Es un recorrido cuyo recuerdo permanece vívido en la mente y en el corazón. Tras la visita vemos que todavía es temprano y aún queda mucho por hacer y por ver.

Conectamos de nuevo el GPS dirección a Flavigny-sur-Ozerain, no sin antes almorzar rápidamente en Vitteaux, bar-brasserie Le Renoveau. Una encantadora señora al frente, tan valiente como para servir tagliatelle con pollo y champiñones, que tal vez pudieran haber sido adecuados para cualquier cliente no procedente de Italia. Pero aquello es Flavigny , hay que tenerlo en cuenta.

Flavigny-sur-Ozerain es el maravilloso pueblo medieval donde se filmó “Chocolat”, con Johnny Depp y Juliette Binoche. La tienda donde Juliette Binoche elaboraba sus pralinés afrodisíacos no existe en la realidad, se trata una vivienda privada en cuya puerta hay una pequeña placa que recuerda su momento de popularidad.

En cualquier caso las callejuelas de la localidad son encantadoras y además vale la pena una visita a la fábrica de anís, o mejor dicho a la fábrica de los caramelos que al principio eran solo de anís y ahora se elaboran de mil sabores. La tienda de la fábrica es preciosa, hay un bar diminuto y muy agradable y un pequeño museo del anís que regala una entretenida media hora.

Jardines de la abadía de Fontenay / Lilia-Reis

A escasos kilómetros de distancia hay otro lugar legendario, la Abadía de Fontenay, un lugar patrimonio mundial de la UNESCO a pesar de ser un monumento de propiedad privada. Rodeado de vegetación, transmite una sensación de paz y serenidad que los propietarios han salvaguardado a lo largo de los años, reconstruyendo la atmósfera medieval.

Todavía es temprano y el regreso nos lleva de vuelta a un nuevo aperitivo en Beaune; una botella de delicioso Cremant de Bourgogne en el voluptuoso patio entre las murallas medievales de Les Coulisses, una enoteca de alto nivel a la que se accede a través de un callejón estrecho.

Beaune

Una llamada telefónica y todo a punto: la mesa en La Buissonière está reservada. La extremadamente seria Charlotte, sin apartar la vista de los fogones, prepara un paté fantástico, unos crutones con caracoles que son un regalo para los sentidos, mollejas caramelizadas que entusiasman incluso a aquellos que no saben qué son las mollejas , con una guarnición de tempura de verduras muy bien ejecutada.

Los tres días de Borgoña están llegando a su fin, y nos despedimos con un pastel de chocolate suave que Sebastien sirve con una sonrisa. El viaje continua.

Día 5: Beaune-Chamery-Epernay-Chamery

Esta vez la autopista es un mal necesario. El trayecto es largo, cruzamos la Borgoña, en dirección Champagne. Parada rápida en el autogrill de la cadena Leo, una ensalada ya es suficiente.

Salida Epernay norte, destino Chamery, donde el hotel es exactamente lo que uno se imaginaba en el momento de hacer la reserva. Se llama Dans Les Vignes y está entre viñedos. Es parte de un edificio que nace como bodega del Champagne Bonnet-Ponson y ahora es un Bed & Breakfast, una planta de habitaciones que asoman casi todas ellas a los viñedos. Gestión totalmente familiar, hay que tener en cuenta no llegar entre las 11.30 y las 16.00 h. porque no hay nadie en la recepción. Es un lugar hermoso y se le perdona algún fallo en el servicio.

Panorama de la campiña en Champagne / Lilia Reis

Una vez completado el check-in y las formalidades de la llegada se vuelve a la carretera, una veintena de kilómetros entre campos y viñedos para llegar a Epernay, y su fabulosa Avenue de Champagne, la avenida donde se concentran casi todas las grandes “maison” de la región. La amarga sorpresa es que la mayoría de las fincas, especialmente la mítica Moet & Chandon, cierran muy pronto. Nos consolamos con una copa y con muchas sonrisas en la elegantísima “maison del champagne” RL Legras, justo al final de la Avenue de Champagne dirección centro.

Regreso tranquilo hacía Chamery y excelente experiencia gastronómica en el restaurante conectado al hotel Dans Les Vignes, si bien con acceso diferente. Las chuletas de cordero y la carne de ternera se preparan con gran maestría, y obviamente, todo ello se riega con una excelente botella de Bonnet-Ponson, cuyo precio servido a la mesa es de 30 euros.

Día 6: Cámara-Reims-Sermiers-Chamery

No se puede pasar por estos lugares sin hacer una visita a Reims, la pequeña París que lo tiene todo para ser merecedora de este apelativo y cuya joya de la corona es la magnífica e imponente catedral de Notre-Dame.

Ruta vinícola

reims, catedral de Notre-Dame

Algunas compras y muchos descubrimientos, tiempo justo de pararse en Gust a un tiro de piedra de la Catedral para un bocadillo al gusto del cliente, y seguidamente regreso al paraíso de los viñedos con cena reservada en Lys du Roy y Sermiers, a pocos kilómetros de Chamery. Mientras ya íbamos imaginando lo que podríamos degustar allí, nos encontramos frente al local, una hermosa casa de campo restaurada donde se respira de verdad la atmosfera de Champagne. Cortesía y profesionalidad, un foie gras que merecería un bis si no fuera tan calórico y rico en proteínas, y un filete de dorada al champán.

Cocina regional, sencilla, pero con materias primas excepcionales. Obviamente todo ello regado con champán, resulta casi superfluo mencionarlo.

Día 7: Chamery-Vaux En Beaujolais- Villefranche Sur Saone – Vaux En Beaujolais

De nuevo autopista y por primera vez la brújula apunta en dirección contraria, hacia Italia. Antes de Lyon nos desviamos hacia Beajuolais donde nos esperan nuevas sorpresas.

Vaux-en-Beaujolais, que los lugareños llaman Clochemerle por el nombre de una novela de 1934 escrita por Daniel Chevalier, es un pueblo que conquista a primera vista. Pequeño, pero maravilloso, con una placita que tiene prácticamente de todo, y donde destaca “La Cave de Clochemerle”, una pequeña bodega donde se puede degustar una copa de un excelente Beaujolais por 2 euros.

Ruta vinícola

La región de Champagne

El alojamiento es el Auberge de Clochemerle, un edificio precioso, diez elegantes habitaciones, cada una con el nombre de una flor, y un restaurante con estrella Michelin; pero esta historia forma parte de la última noche.

Por el momento hay que visitar Villefranche-sur-Saone, la ciudad más grande de la zona. Es domingo y casi todo está desierto, así que nos damos por satisfechos con una cena mediterránea en Le Saladier, el lugar es uno de los pocos abiertos, justo en la avenida principal de Villefranche, los platos son abundantes, la carta es variada, ya sea el cous-cous como ensaladas, pescados o la carne a la brasa. Optamos por el cous cous y los mejillones con patatas fritas, platos típicos, Francia también es esto.

Ruta vinícola

Bodega en Beaujolais

Día 8: Vaux En Beaujolais-Beaujeu-Cluny-Vaux En Beaujolais

Desayuno excepcional en el hotel, coche en dirección hacia el norte de Beaujolais. Incursión en el mirador del monte Bouilly, un punto de observación privilegiado desde el que se puede ver casi toda la región.

Un paseo por Beaujeu, la ciudad que da nombre a la zona. Luego visita relámpago fuera de los confines del Beaujolais para visitar la abadía de Cluny, lo que queda de un centro espiritual que en la Edad Media fue un punto de referencia para todo el cristianismo.

Regreso por carreteras fascinantes y una parada justo antes de nuestro destino en Domaine du Tane, una bodega donde el viticultor Jacques Genetier prepara un excelente vino y lo presenta con gran orgullo, encantado de que los visitantes lo degusten, en compañía de su esposa y su hija. Un trato amable y una sonrisa que nos conquistan y nos acompañan hacia la apoteosis del viaje, la cena estrellada en el Auberge de Clochemerle.

Ruta vinícola

Abadía de Cluny

El chef Romain Barthe crea sus propias obras de arte, mientras que su esposa Delphine, la sommelier, dirige con estilo la gestión de la sala. Los menús son todos sorpresa, a elegir entre uno de 48 euros, uno de 76 y uno de 96. Es tarea del chef pensar de que manera va a deleitar a sus clientes con lo mejor que el mercado ha proporcionado ese día, en este caso tuvimos la suerte de degustar un foie gras glaseado espectacular y un filete de ternera acompañado de hinojo estofado y un puré de verduras locales.

Pero las sorpresas no acaban ahí, siguen con una crema de queso azul con lentejas y pistachos y un fondant de chocolate y caramelo, tras haber iniciado el viaje del gusto con una serie de aperitivos y unos canapés que quedarán para siempre en la memoria. Un gran final para un viaje al que calificamos de excelente.

Día 9: Vaux En Beaujolais-Milán

Última visita al supermercado de Villefranche-sur-Saone para un par de artículos que no podían faltar en la maleta, luego ruta directa hasta Milán. Por ahora termina aquí. Pero no acaba aquí.

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