Destinos de Francia que no habría que perderse

por Redacción

Francia sigue siendo una de las primeras opciones para los viajeros españoles cuando las restricciones en la movilidad vuelvan a dar paso a los deseados viajes. Accesible a través de tren de alta velocidad, por avión gracias a Iberia, su filial Iberia Express y Air France, y por coche a través de los Pirineos, nos ofrece un sinfín de contrastes y unas opciones de turismo con una visión actualizada tras los tiempos de la Covid.

Paisajes maravillosos, rutas históricas, gastronomía auténtica, itinerarios para practicar deporte y un turismo sostenible y seguro, hacen de nuestro país vecino un lugar para estrenar nuestros viajes en cuanto la situación sanitaria lo permita.

A continuación proponemos diez destinos a las que te será imposible decir no, todo y que la oferta del país es tan amplia y variada que es realmente difícil escoger una pequeña muestra. La selección incluye también la Polinesia Francesa, un destino lejano y paradisiaco que entra por derecho en esta lista de imprescindibles franceses.

Mont-Saint-Michel

Normandia

Tras un año peculiar que ralentizó los desplazamientos, 2021 promete ser una nueva etapa hacia el turismo del futuro, más local y más sostenible. Llegó el momento de tomar un nuevo impulso, de recuperar la serenidad y de optar por un destino cercano que nos permita un cambio de aires. Tierra de libertad, de autenticidad y de intercambio, Normandía se impone como una evidencia. Por su historia, simboliza la paz; por su saber hacer, se proyecta en el mundo entero; por sus inmensos espacios naturales, encarna un regreso a los orígenes. Normandía, tierra de inspiración, ha acogido, desde siempre, a artistas, pintores impresionistas y escritores, en su territorio.

Hoy en día, más allá de las visitas imprescindibles, Normandía ofrece paseos sorprendentes, fuera de lo convencional y llenos de magia para convertir las vacaciones en una experiencia única. Sus visitantes tendrán la oportunidad de descubrir su arte de vivir “como un local”, a través de experiencias únicas que garantizarán momentos únicos e inolvidables de su estancia.

Rennes

La capital de Bretaña es también la puerta de entrada a la región. Situada a poco más de una hora de París en tren, a menos de una hora de lugares legendarios como Saint-Malo, Mont-Saint-Michel y el mítico bosque de Brocéliande, Rennes está llena de tesoros: gastronomía, cultura, artesanos, creadores… Una ciudad universitaria, festiva y de moda donde la cultura anima cada monumento para vivir momentos insólitos. Con un festival a la semana, Rennes es una bulliciosa ciudad cultural que se puede visitar durante todo el año.

La ciudad se ha convertido en pocos años en un verdadero destino para gourmets. El interés de su gastronomía deriva tanto de la calidad de la cocina de los chefs locales como de la variedad de su oferta. En Rennes se pueden descubrir restaurantes gourmet y bistrós, probar sus famosas creperías o dejarse seducir por los lugares de moda. Destacamos el Marché des Lices, un mercado que todos los sábados, desde hace más de tres siglos, ofrece a los reneses los mejores productos, no en vano se trata del segundo mercado más grande de Francia.

No podemos olvidar otro evento único en torno a la gastronomía que reúne a residentes y visitantes y que se celebra el primer domingo del mes, el Marché à manger, un mercado de comida que reúne a restauradores, pasteleros, cerveceros y Dj.

Nantes

Nantes

Situada en el sur de Bretaña, Nantes es probablemente la ciudad más creativa de Francia. Cultural, artística, innovadora, la capital histórica de Bretaña ofrece además una excelente calidad de vida y forma parte de las ciudades más verdes del país. El evento Le Voyage à Nantes (El Viaje a Nantes) se desarrolla cada verano y anima la ciudad con muchas instalaciones artísticas, obras de arte y lugares de encuentro. Una línea verde, pintada en el suelo, transcurre por el centro y junta los elementos de esta colección con otros elementos imprescindibles del patrimonio histórico de Nantes.

La visita a Nantes se completa con el recorrido artístico Estuaire, 60 kilómetros siguiendo el curso del Loira hasta Saint-Nazaire. Más al sur, a 20 minutos de Nantes, se puede disfrutar de los viñedos de la denominación Muscadet y de unos paisajes únicos, así como de la encantadora ciudad de Clisson.

Valle del Loira

Valle del Loira

Una combinación única de naturaleza, cultura y buen vivir. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000, el Valle del Loira es la columna vertebral de la región. El llamado Valle de los Reyes está poblado de una infinidad de castillos, 15 de ellos considerados Grandes Sitios del Valle del Loira, como el Castillo de Chambord o el Castillo de Chenonceau. Y es que, antes de Versalles, los Reyes de Francia residieron en el Valle del Loira.

El Valle del Loira es conocido también como el Jardín de Francia, debido a sus suelos fértiles y diversos, aptos para el cultivo de frutas y verduras, así como la producción de vinos muy diferentes: tintos, blancos, rosados, espumosos… ¡los hay para todos los gustos! La mejor manera de conocer la zona, en simbiosis con el entorno, es recorrerla en bicicleta siguiendo la ruta del Loira, un itinerario de 900 km que sigue el curso del río, entre viñedos y castillos.

Occitania

La gran región de Occitania, la segunda mayor de Francia, con 13 departamentos, tiene de todo: 8 lugares declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, 2 Parques Nacionales, un Parque Natural marino, 7 Parques Naturales regionales, 44 estaciones de esquí, 40 grandes parajes, 28 estaciones termales, 220 kilómetros de costa mediterránea, 50 puertos deportivos…

Con tantas posibilidades es difícil quedarse con una sola actividad, pero si hay que elegir, apostamos por una travesía por el mítico Canal du Midi que atravesando toda Francia,  une el Mediterráneo con el Atlántico. Durante el recorrido se pueden contemplar las espadañas típicas de la región de Toulouse, las obras de arte diseminadas a lo largo de un itinerario en el también hay que dejarse tentar por la gastronomía de la región en los pueblos y ciudades que vamos encontrando durante la travesía.

Aviñón

Provenza

La Provenza del Luberon y de los pueblos encaramados, la de los campos de lavanda y del Mont Ventoux, destino predilecto de los ciclistas, la Provenza con capital en Aviñón, clasificada como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, la Provenza de los festivales, los mercados abigarrados, la del aceite de oliva y la del buen vino.

Y por supuesto, hay que visitar su capital, y disponerse a hacer un recorrido completo que incluya el popular Puente de Aviñón y el Palacio Papal, catalogado este último Patrimonio Mundial por la Unesco, se trata del edificio gótico más grande de Europa.

Y si hablamos de gastronomía proponemos un paseo por el mercado cubierto de Les Halles d’Avignon, clases de cocina, cena en un restaurante de un chef con estrella Michelin o de un joven prodigio de la gastronomía, visita a una destilería y cata de licores en la isla de la Barthelasse,  o la visita a un molino de aceite de oliva en Villeneuve-les-Avignon, clases de cata en la Escuela de Vinos entre otras experiencias para explorar la gastronomía provenzal.

Costa Azul

Costa Azul

Desde Saint-Tropez hasta Menton, a lo largo de un litoral salpicado de sublimes bahías y bordeado de verdes colinas, la Costa Azul es un lugar de encuentro para los amantes del deporte y del arte de vivir. Aquí encontramos playas y palacios de ensueño, festivales de renombre que conviven con  calas secretas y pueblos escondidos de la zona alta de la costa. Porque cerca de las emblemáticas ciudades de Niza, Cannes, Antibes y Jean-les-Pins, los verdes valles y las altas mesetas invitan al senderismo, y donde los pueblos encaramados con tejados rojos, animados cada invierno por el amarillo de las mimosas en flor,  nos invitan a sentir la alegría de vivir.

Decir Côte d’Azur, es decir mar. Aquí se encuentran algunos de los cabos más bellos del Mediterráneo, Cap Ferrat es, sin duda, uno de los más impresionantes. Más al oeste, encontramos Cap d’Ail  donde podemos disfrutar de jardines exóticos y de maravillosas villas que han conservado el estilo del siglo XIX.  Y por último, Cap Martin, que junto con Cap d’Antibes y Cap Ferrat, forman la trilogía de los grandes parajes naturales de la Costa Azul.

A principios de este años se ha inaugurado el primer ecomuseo submarino de Francia. Situado en Cannes en la isla Sainte-Marguerite podemos disfrutar de seis monumentales esculturas del artista británico Jason deCaires Taylor. Las piezas se encuentran a una distancia de entre 84 y 132 metros de la orilla y entre 3 y 5 metros de profundidad; cada una de ellas representa el rostro de un habitante de Cannes.

Mónaco

Mónaco

Enclavado entre el blanco de los Alpes y el azul del Mediterráneo, el segundo estado más pequeño del mundo tiene muchos y variados activos que van desde la cultura hasta el bienestar, pasando por la gastronomía y el buen vivir. Y es que en Mónaco, las estrellas no se encuentran solo en el cielo, pues este destino tiene no menos de diez estrellas Michelin repartidas en un área de aproximadamente 2 km².

Entre tradición y modernidad, Mónaco es un destino que se reinventa sin dejar de ser fiel a los elementos que componen su ADN, lo que es una de las claves del éxito de este estado soberano. La arquitectura Belle Epoque de la Place du Casino junto a la atmósfera contemporánea del Monte-Carlo One ilustra perfectamente esta afirmación.

El Principado quiere ser un lugar con bajas emisiones de CO², al tiempo que se esfuerza por mantener un alto nivel de estándares durante todo el año. En Mónaco, el lujo y el esplendor se codean con la sostenibilidad y la responsabilidad, ya sea en el corazón de sus grandes hoteles, en sus famosos spas o durante eventos de categoría mundial. Mónaco no es solo un destino, es la experiencia de su vida, donde la tranquilidad y la calidad de vida son reconocidas por todo el mundo.

Tahití

Las Islas de Tahití

5 archipiélagos, 118 islas, una cultura viva, una hospitalidad legendaria, un pueblo alegre, una naturaleza generosa y muy preservada, unos fondos marinos de una riqueza y esplendor sin igual, esta es la tarjeta de presentación de las Islas de Tahití y los motivos por los todos desean viajar a la Polinesia Francesa.

Desde coloridos arrecifes hasta espectaculares montañas, playas apartadas y una cultura acogedora, en las Islas de Tahití encontramos lo necesario para revivir sus sentidos y redescubrir su espíritu de aventura. Los visitantes viajan a la Polinesia Francesa para experimentar el estilo de vida… Descansar en una isla paradisíaca del Pacífico Sur, con palmeras que se balancean y puestas de sol increíblemente bellas, aire perfumado con vainilla de Tahití y una cultura tan exuberante y rica como la mejor cocina francesa, pero tan sensual y cálida como la miel de Tahití. 

Biarritz

Biarritz

Famoso en todo el mundo por la calidad de sus olas y por su espectacular litoral, con playas de arena fina y naturaleza excepcional,  Biarritz, en la costa del País Vasco francés es el destino idóneo para la práctica del surf, desde que en 1957 llegase este deporte a Europa.

Si la naturaleza de Biarritz es perfecta para la práctica del surf, en tierra firme el destino ofrece toda una serie de atractivos que ponen el lazo la oferta de turismo deportivo: gastronomía, cultura y ese art de vivre tan suyo que hacen que los visitantes que escogen este destino para sus vacaciones se sientan completamente libre y felices.

En el pasado Biarritz fue uno de los destinos más buscados por la realeza europea, prueba de ello es Villa Eugenia,  que fue construida en 1854 por Napoleón III para su esposa, Eugenia de Montijo. El único Palais de la costa Atlántica es en la actualidad el Hôtel du Palais que tras varios años de obras de remodelación, el hotel prepara su reapertura el próximo 26 de marzo de 2021. El propio equipo de artesanos facultados del Hôtel du Palais se ha encargado de restaurar o reproducir meticulosamente el mobiliario de época, los tapices, las telas y los trampantojos de las columnas del vestíbulo empleando con suma rigurosidad los métodos tradicionales de la época napoleónica. Una visita al hotel es un viaje en el tiempo.

Ya falta menos para que podamos volver a viajar y visitar la vecina Francia, motivos no faltan.

Más información: www.france.fr

Ruta vinícola por la campiña francesa

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