Cinco propuestas viajeras para 2021

por Magellan

Entre los muchos deseos que se expresan en estos días hay uno en el que es fácil ponerse de acuerdo, y es el que augura un año 2021 lleno de todos aquellos viajes que nos dejamos por hacer el pasado año. Es cierto que la prioridad mundial es que llegue muy pronto el día en el que veamos el fin de la pandemia, y en este sentido la llegada de la vacuna abre una vía de esperanza muy importante para poder recuperar cualquier tipo de normalidad similar a las vidas que llevábamos en 2019.

Puestos a soñar viajes para el año que acabamos de estrenar nos gustaría hacerlo “a lo grande” con algunos destinos increíbles que son verdaderos paraísos terrenales, y que tienen en común que la incidencia del coronavirus ha sido mínima en todos ellos.

Maldivas, el paraíso en píldoras

Dispuestas en 26 atolones en un territorio total de 750 km. a través del océano, las Maldivas configuran el país más plano del mundo. Sus playas de arena blanca, salpicadas por exuberantes palmerales y cocoteros, se han convertido en un exclusivo destino donde desconectar de la cotidianidad y acercarse al Paraíso.

Pero si las imágenes de sus impresionantes resorts nos dejan sin palabras, el fondo marino que se oculta tras ellas no tiene nada que envidiar. Así, las Maldivas hacen las delicias de los buceadores expertos y aprendices que cada año se deciden a explorar sus profundidades, especialmente en Baa Atoll, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Cada una de las islas que configuran las Maldivas, no tiene más de un kilómetro cuadrado de extensión convirtiéndose en pequeñas capsulas de Paraíso con propiedades muy diferentes entre sí, con su propia esencia natural y peculiaridades, pero determinada, en la mayoría de los casos, por las dimensiones y profundidad de la barrera de coral que las rodea, su atolón y el lugar que ocupa en el Océano.

Siempre rodeadas por esa maravillosa laguna de tonos turquesa, se pueden encontrar algunas islas con largas lenguas de arena que se pierden en el mar o vistosos arrecifes de coral que se han convertido en hogar de cientos de peces de colores, tiburones, mantas raya, tortugas o incluso el majestuoso tiburón ballena.

Si las Maldivas, siempre se han considerado un paraíso, recientemente han sido reconocidas como el Mejor Destino del Mundo 2020 según los World Travel Awards. Premio recibido en gran parte por su belleza, pero también por su rápida capacidad de respuesta a los cambios del último año y su adaptación a la Nueva Normalidad.

África Oriental, en busca de la gran migración

En pocos lugares la naturaleza se presenta de una manera tan majestuosa como en África Oriental. Salvaje y exuberante, ofrece a sus visitantes paisajes y experiencias que no podrán encontrar en ningún otro lugar. Presidida por el Kilimanjaro y bañada por el Océano Índico, en esta región nos sorprenden Kenia y Tanzania, diferentes pero unidas por uno de los fenómenos naturales más impresionantes del planeta: la Gran Migración.

Para quienes no están familiarizados con este fenómeno, aclaramos que la migración consiste en un viaje que cada año emprenden millares de ñús, cebras, girafas y otras especies herbívoras a través de la Reserva Nacional de Masai Mara en Kenia, la Zona de Conservación del Ngorongoro y el Parque Nacional del Serengueti en Tanzania.

Un movimiento migratorio circular que recorre más de 3.000 kilómetros y que se convierte en epicentro de la vida salvaje en la región, pues al más de un millón de animales que conforman esta voluminosa manada se suman todo tipo de depredadores y animales carroñeros. De ahí, que uno de los momentos más impresionantes de todo safari, ya sea en Kenia o en Tanzania, sea el encuentro con la Migración y para ello es fundamental entender su funcionamiento y estacionalidad.

Quienes buscan una experiencia más íntima y personal, no pueden perder la ocasión de extender su viaje al Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi en Uganda que ofrece escenarios de película protagonizados por la selvática majestuosidad de sus paisajes. Además, si por algo destaca Uganda, es por ser hogar de unos 400 gorilas de montaña –la mayor concentración de esta especie en el mundo–. Así, se convierte en uno de los pocos lugares donde es posible encontrarse cara a cara con una familia de gorilas de montaña, una exclusiva experiencia tan única como inolvidable.

La Caminata para conocer a los gorilas, es una actividad que se realiza en grupos muy reducidos, siempre acompañados por expertos cuidadores y guardabosques que garantizan la protección de esta especie endémica y también la seguridad de sus visitantes. De hecho, para poder acceder al parque se requiere un permiso especial que debe ser solicitado para su aprobación antes del viaje.

El “Maná” existe y está en Polinesia Francesa

Perdidas en mitad del Pacífico se encuentran las Islas de Tahití, un conjunto de unas 118 islas formalmente conocidas como la Polinesia Francesa, repartidas en cinco archipiélagos: Tuamotu, Marquesas, Gambier, Austral e Islas de Sociedad, en este último es donde se encuentran las más conocidas y visitadas con Bora Bora Moorea y la propia Tahití como máximo exponente.

Un viaje a Polinesia Francesa suele combinar la estancia entre al menos 3 ó 4 islas, teniendo así oportunidad de conocer los diversos paisajes y peculiaridades que se convierten en la carta de presentación de cada una de ellas. Durante el viaje los visitantes consiguen aprender los matices de cada región, determinados en su mayoría por factores endémicos, pero también por los diversos acontecimientos históricos y los residentes como Gauguin o Marlon Brando que a lo largo de los años han pasado por la Polinesia.

Todo viaje que se precie a Polinesia Francesa exige una parada obligada en Bora Bora, la más famosa y espectacular de las islas gracias a su perfil volcánico reconocible incluso desde el aire. Además, la gran laguna de distintas tonalidades turquesa será el centro de tus días y también de las noches, para quienes se alojen en uno de los bungalows sobre el agua que ofrecen los diferentes hoteles.

No obstante, dado el largo viaje para llegar hasta Tahití, merece la pena aprovechar los bonos de vuelos domésticos que ofrece la aerolínea local, Air Tahití, para visitar la popular Moorea a tan sólo 30 kilómetros de Tahití u otras opciones algo más retiradas, pero con gran personalidad.

Destaca la enigmática isla de Taha’a también conocida como la isla de la vainilla o Fakarava el segundo atolón más grande del país donde disfrutar de interesantes expediciones submarinas. Para los públicos más selectos, Tetiaroa la isla inhabitada con su exclusivo resort ‘The Brando’ se han convertido en una opción indispensable.

Dubai, mucho más que una simple escala

Moderna y sofisticada, la ciudad de Dubai se ha abierto un hueco en la mente de todos a través de sus rascacielos de formas imposibles que atesoran récords mundiales. Con una clara raíz beduina que aún se puede sentir en algunas zonas como Dubai Creek, nos muestra cómo la vanguardia se ha abierto paso entre las dunas del desierto y los tradicionales zocos rediseñando una ciudad que se ha convertido en emblema mundial.

Gracias también a su situación geográfica en Oriente Próximo y la alta capacidad de su aerolínea de bandera, Emirates, Dubai es lugar de paso habitual y casi parada obligatoria para millones de viajeros cada año.

Sin embargo, el gran éxito de Dubai viene determinado por su capacidad de seducir a todo tipo de viajeros. No importa tu origen, tu edad ni tus intereses en Dubai encontrarás tu propio lugar. La ciudad ofrece todo tipo de actividades desde opciones culturales y visitas a los edificios más emblemáticos entre los que no puede faltar el mirador del Burj Khalifa situado en la planta 148 de este imponente edificio.

El desierto es uno de los puntos más importantes donde practicar diversas actividades de aventura, aunque el magnífico puerto deportivo Marina Dubai también es un referente para practicar distintos deportes acuáticos.

La oferta de Dubai, se complementa de manera casi armónica con la vecina Abu Dhabi (a tan sólo una hora de distancia en coche) donde se puede visitar la Gran Mezquita Sheikh Zayed, la tercera más grande del mundo, el parque temático Ferrari World o el circuito de carreras de Yas Marina. También se puede visitar (alojarse es otra cosa) el Emirates Palace Hotel, catalogado como 7 estrellas gran lujo que suele alojar a destacados líderes, alguno de ellos bien conocido en España.

Sri Lanka, la isla de la “Serendipia”

Sri Lanka conocida por los antiguos persas como Serendipia, es un lugar, como indica el diccionario, repleto de hallazgos tan valiosos como inesperados. Las rutas más habituales comienzan el recorrido en Dambulla, un importante centro cultural que destaca no sólo por las fantásticas Cuevas del Templo de Oro de Dambulla, también por su proximidad a los grandes núcleos culturales.

Merece la pena pasar al menos 2 ó 3 noches en esta zona, desde donde se puede llegar en no más de una hora a las ruinas de los antiguos reinos de Anuradhapura o Polonnaruwa. Aún más próximo, se encuentra el Parque Nacional de Minneriya donde se pueden realizar safaris en jeep y visitar uno de los platos fuertes de este viaje: la Fortaleza del León construida sobre la Roca de Sigiriya.

Desde Kandy, hacia el sur nos adentramos en el paisaje de colinas y amplias plantaciones de té que han conferido a este región –Nuwara Eliya– con el sobrenombre de ‘la pequeña Inglaterra’. No sólo por el paisaje, también sentiremos cómo el clima se refresca. En este punto del viaje, uno se relaja inspirado por los paisajes y dedica los días a admirar la vida rural de las características recolectoras de té, degustar las variedades del mítico té de Ceylán, pasear entre cascadas e incluso realizar algún que otro trekking en la zona de Little Adams Peak o el Parque de Horton Plains.

En la esquina sureste se encuentra el Parque Nacional de Yala, hogar de numerosos elefantes y la población de leopardos más amplia del país. Siguiendo la línea costera hacia la costa Oeste, aparecen en el camino algunas de las playas más bonitas como Tangalle, Mirissa, Unawatuna o Bentota.

Aunque uno de los enclaves más sorprendentes de esta región es Galle, la pequeña ciudad colonial que guarda en su fuerte años de herencia holandesa, portuguesa y británica. Su especial arquitectura y el carácter bohemio que se respira en el ambiente, le ha convertido en uno de los lugares más visitados de toda la isla.

Volveremos a viajar, y cuando hayamos incorporado de nuevo las rutinas viajeras en nuestras vidas, muy posiblemente nos parecerá mentira todo el tiempo en el que tuvimos que renunciar a uno de los mayores placeres del que puede disfrutar el ser humano.

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