Magellan Magazine te anima a descender hacia las profundidades del planeta en busca de un mundo interior que sólo se muestra a quien se atreve a dejar las comodidades de la superficie. Allí abajo esperan asombrosas maravillas naturales.
Las cuevas existen desde hace miles, millones de años. Son tan antiguas como el planeta. Se han utilizado como refugio, como lugar de entierro, como espacio religioso o como escondite. Por eso, las cuevas ofrecen oportunidades únicas para aprender sobre la historia y los misterios de la Tierra. Son grandes almacenes en los que está depositado todo el pasado del planeta. Son auténticas cápsulas del tiempo.
Algunas son oscuras, otras inhóspitas. Otras incluso alcanzan temperaturas insoportables o registran una humedad realmente molesta. Pero todas tienen algo en común y es que desde siempre han sido un enigmático imán de exploradores. Son tan maravillosas que resulta prácticamente imposible no querer adentrarse en ellas para saber todo lo que ocultan en sus profundidades.
Muchas de ellas preservan restos de las primeras civilizaciones de la humanidad y todas ellas ofrecen extrañas formaciones geológicas que impresionan por su belleza y que son verdaderas obras de arte de la naturaleza. Como esas enormes estalactitas que cuelgan como dagas de hielo y esas estalagmitas que se elevan majestuosas desde el suelo buscando el cielo.
“…las cuevas ofrecen oportunidades únicas para aprender sobre la historia y los misterios de la Tierra. Son grandes almacenes en los que está depositado todo el pasado del planeta. Son auténticas cápsulas del tiempo.”
Es posible que la espeleología no sea una práctica recomendable para todos, pero para aquellos lo suficientemente valientes para aventurarse hacia sus profundidades no hay duda de que es una experiencia inolvidable al margen de la industria del turismo. Son el hábitat perfecto para aventureros incondicionales e intrépidos buscadores de curiosidades que encuentran la felicidad explorando los rincones más angostos de un mundo subterráneo que no conoce la luz. Los paisajes son fronteras que los perseguidores de aventuras necesitan cruzar.
Pero no se requiere ser un intrépido aventurero para saber apreciar algunos de los paisajes de cuevas más increíbles del mundo. Algunas se han convertido en puntos de interés turísticos que se pueden elegir en función de la tolerancia a la aventura.
Magellan Magazine te anima a descender hacia las profundidades del planeta en busca de un mundo interior que sólo se muestra a quien se atreve a dejar las comodidades de la superficie. Allí abajo esperan asombrosas maravillas naturales.
Esta etérea cueva marina en la pintoresca isla italiana de Capri recibe su nombre del agua en su interior, un azul celeste cristalino que brilla con la luz. Entrar en la cueva es la mitad de la aventura, ya que la baja altura de la obliga a tumbarse en un pequeño bote de remos de cuatro personas para pasar. Sólo se puede acceder e ella cuando la marea está baja y el mar en calma. El azul brillante de la cueva lo origina la luz del sol que pasa a través de una cavidad submarina y brilla a través del agua de mar, que a su vez crea un reflejo azul que ilumina toda la caverna.
Jeita Grotto consta de dos distintas pero interconectadas formaciones kársticas (formado por la acción erosiva o disolvente del agua). En la cueva superior se encuentra la estalactita más grande del mundo, que mide 120 metros. La galería inferior tiene una longitud total de 6.200 metros y está atravesada por un río subterráneo y un lago.
La cueva de Krubera fue descubierta en 1960 y es la cueva más profunda conocida en la tierra, con una profundidad de más de 2.196 metros. La cueva de Krubera también se conoce como la cueva de Voronja, que significa “cueva de los cuervos” en ruso. Este nombre fue utilizado en 1980 por los espeleólogos debido a que varios cuervos anidan en la entrada de la cueva. El nombre original, Krubera, fue puesto por espeleólogos rusos en honor a Alexander Kruber, un destacado geógrafo ruso.
La cueva más grande del mundo se encuentra en la provincia de Quang Binh y tiene nueve kilómetros de largo. Fue descubierta en 1991 y explorada por primera vez en 2009. Se puede llegar a esta maravilla natural haciendo trekking por la selva salvaje del Parque Nacional Phang Nha Ke Bang, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Es parte de un complejo de 150 cuevas. Alcanza una altura de 250 metros y una anchura de 200. La formación de piedra caliza se formó hace 2,5 millones de años a raíz de la erosión de un río subterráneo. Cuenta con algunas de las estalagmitas más altas del planeta, que pueden alcanzar hasta 70 metros.
Esta cueva de piedra caliza natural se encuentra en la mágica ciudad de Guilin, ubicada en la región de Guangxi en el sur de China. Un recorrido espectacular entre estalactitas y estalagmitas, realzado por coloridos juegos de luces artificiales. Durante más de 1.200 años ha sido una de las atracciones más famosas de China, y desde el siglo VIII, los poetas y otros visitantes han dejado sus inscripciones en sus paredes. Toma su nombre de un tipo de caña que crece fuera de la cueva y, según la leyenda, puede crear melodiosas flautas. El punto más ancho alcanza los 18 metros, el más ancho 93 metros. La zona fue redescubierta en 1940, cuando fue utilizada como refugio de los asaltos de las tropas japonesas.
Esta increíble cueva marina se encuentra en la isla deshabitada de Staffa, en Escocia. La isla es de origen volcánico y es famosa por sus distintivas columnas de basalto hexagonales, de las que la cueva de Fingal es el ejemplo más llamativo. El tamaño, la forma y el techo arqueado de la cueva se combinan con las olas para crear sonidos espeluznantes que realzan su atmósfera de catedral. La cueva lleva el nombre del héroe del libro Fingal de James Macpherson, que significa “forastero blanco”.
A poca distancia de la pequeña ciudad de Waitomo, las cuevas de Waitomo se encuentran entre las principales atracciones turísticas de Nueva Zelanda. El complejo consta de tres cuevas: las más increíbles son sin duda las Glow worm Caves. Atravesadas por un río, estas cuevas albergan luciérnagas, larvas que irradian luz bioluminiscente y crean el efecto de un maravilloso cielo estrellado. La cueva Ruakuri es la cueva más profunda, con hermosas estalactitas y estalagmitas, mientras que la cueva Aranui es la más pequeña.
Estas cuevas se encuentran en el Parque Nacional de Carlsbad, en Nuevo México. El camino subterráneo de 116 cuevas incluye la Gran Sala, que como su nombre lo indica, es una cueva de piedra caliza de enormes dimensiones: 1.219 por 190 metros con una altura máxima de 107 metros. De fácil acceso a través de un ascensor, las cavernas incluyen una variedad de estalactitas y estalagmitas de formas extrañas.
Un imponente complejo de cuevas que también es un lugar de culto, ya que en su interior hay numerosos templos hindúes. En la entrada se encuentra la estatua más grande del mundo del dios Murugan, venerada durante la tradicional fiesta de Thaipusan. Para acceder a la cueva principal es necesario subir una empinada escalera de 272 escalones.
Descubiertas en 1823, las cuevas de Skocjan se abrieron al público en 1884 y en 1986 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las formaciones kársticas han sido erosionadas durante millones de años por el río Timavo. El complejo se extiende durante cinco kilómetros y reserva una exploración bastante accesible, que dura una hora y media. El puente colgante sobre el río es realmente espectacular.
El río subterráneo de Puerto Princesa se encuentra en la costa norte de la isla de Palawan, en Filipinas. Hasta el descubrimiento de otro río subterráneo en la península de Yucatán en México, se consideraba el río subterráneo más largo del mundo, pero sigue siendo el navegable de mayor recorrido. Durante ocho kilómetros, el río pasa a través de una cueva espectacular antes de desembocar en el Mar de China Meridional.
La Cueva de Cristal fue descubierta en 2000 por mineros que estaban cavando un túnel en la mina Naica, en el estado de Chihuahua, en el norte de México. La cueva principal incluye algunos de los cristales más grandes jamás encontrados en una cavidad subterránea. Hasta la fecha, el cristal más grande mide once metros de largo, cuatro metros de diámetro y pesa cuatro toneladas. La razón de los cristales extragrandes son las altísimas temperaturas dentro de la cueva, que pueden alcanzar los 58 grados.
A 45 minutos de Grossarl se encuentra la cueva de hielo más grande del mundo. Situado dentro de la montaña Hochkogel, tiene más de 42 kilometros de longitud. La cueva se formó siguiendo el paso de un río que erosionó la roca, mientras que las formaciones de hielo derivan del deshielo de la nieve que penetró en la cueva y luego se congeló.
La región menos visitada del interior de Brasil, el Parque Nacional Chapada Diamantina, está formada por montañas de mesa, vastas llanuras, cascadas, arroyos cristalinos y un asombroso sistema de cuevas que ocultan ríos subterráneos donde una vez se extrajeron oro y diamantes. Quedan cavernas de piscinas y cascadas azules vibrantes, con ríos que se hundieron por la erosión. Las cuevas son especialmente conocidas por sus raras formaciones de estalagmitas y el importante descubrimiento de huesos de animales extintos.
En la remota provincia boscosa de Oudomxay, en Laos, que está poblada por más de 500 aldeas tribales, la cueva de Chom Ong, conocida por los lugareños como la cueva de los murciélagos, se extiende a lo largo de 16 kilometros y es conocida por sus estalagmitas y estalactitas particularmente impresionantes. La cueva corre a lo largo de la cresta de una montaña, con un paso de fósiles y río interconectados, y un nivel superior que conduce a una serie de miradores de 15 kilometros de altura con vista al río.
Justo en las afueras de la tranquila ciudad de Pindaya, a orillas del lago, en Myanmar, esta vasta cresta de piedra caliza consta de tres cuevas, de las que solo se puede explorar una. Sus entradas están representadas por una gran campana de bronce y una pagoda. La enorme caverna es un lugar de peregrinación de renombre, que contiene 8.000 increíbles imágenes y estatuas doradas de Buda, con pequeñas cámaras para que los peregrinos mediten. Las colinas circundantes también son un excelente lugar para practicar senderismo.
En el extremo sur de Chile, la región patagónica de Aisén es una vasta extensión de densos bosques verdes y campos de hielo, inmensos fiordos y lagos glaciares de un azul profundo. La Catedral de Mármol es un grupo de cavernas, columnas y túneles de mármol tallado por la acción de las olas durante más de 6.000 años.
Es el único volcán del mundo que se puede explorar en su interior. Thrihnukagigur, que significa “Cráter de los Tres Picos”, entró en erupción por última vez hace más de 4.000 años. Las coloridas piedras magmáticas le dan al volcán su aspecto de otro mundo. En ocasiones se ha utilizado para una actuación de ópera privada con canapés y champán en mitad de la maravillosa acústica natural de la cámara de magma del volcán.
Estos son algunos de los increíbles paraísos que no se pueden admirar a simple vista y que sin embargo, como hemos podido comprobar, esconden en su interior algunos de los espectáculos naturales más extraordinarios que podemos imaginar.
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