Vuelve a casa vuelve…

por Valentina Ducati

Un año más, cual Curro Romero en la maestranza, voy haciendo ese paseíllo por la T1 del Prat destino casa, como siempre prevalece el mismo ritual, café en mano en una de esos lugares del aeropuerto junto a mi croissant integral y música para mis oídos. Sin perder esa vieja costumbre de observar las miles de historias que me rodean entre duty free, pantallas de información, restaurantes, servicios, etc…

Cada uno de nosotros tenemos algo que contar en estas fechas, unos como el turrón, vuelven a casa por Navidad, este seria mi caso, otros, están embarcando a un destino exótico, otros quizás no tanto, aunque eso sí, todos estos con la misma finalidad, poder desconectar unos días de eso duro año de trabajo, y que hay de aquellos business man/women que a estas alturas de temporada siguen apurando esos últimos vuelos para cerrar grandes negocios.

En fin, desde luego que os puedo asegurar que en todo este tiempo en el que estas esperando el embarque no te aburres, pero debemos saber que todos y cada uno de los que nos encontramos aquí en este momento tenemos algo en común, ese aparato que tanto daño ha hecho a esta sociedad llamado “el dichoso móvil”.

Digo dichoso porque aunque reconozco que estoy dentro del grupo de que mi móvil, hasta hace poco, era una extensión de mi brazo y no viceversa, también admito que desde hace un tiempo estoy cambiando esta fea costumbre de estar aislada del mundo, y sobre todo ahora que llevo casi una semana sin el mismo debido a que un individuo, por llamarlo de alguna manera, se agenciara del mismo sin mi permiso en el metro, vamos que me lo robaron.

Es increíble, como algo tan pequeño puede manejar tanto nuestras vidas, es como si necesitáramos estar conectado con la sociedad, pero en realidad no es así, si os fijáis, cada vez somos mas cauto en palabras a la hora de interrelacionarnos con las personas y sobre todo de expresar lo que sentimos, sea bueno o no.

Cuantas parejas habéis visto compartiendo una mesa en un restaurante sin dirigirse ni una sola palabra pero por el contrario alguno de ellos está teléfono en mano… es increíble pero cierto, ¿en serio no tienen nada que decirse?, o aquellos amigos que están siempre pasándose chorradas por el móvil pero cuando se ven no tienen nada que contarse.

En mi caso, os garantizo que no es así, supongo que eso de ser andaluza es una ventaja, siempre tenemos algo que contar y compartir, tengamos o no móvil, miradme ahora mismo, pc en mano en el aeropuerto y contándoos todo esto.
Sobre todo en estas fechas, ya os dije hace un año que precisamente no es que sea muy fan de ellas pero…bueno, reconozco que ya que vuelvo a casa por Navidad, algo que no suelo hacer muy a menudo durante el año, reconozco que cuando estoy con los míos me apetece ponerme al día y sobre todo echarme unas buenas risas sin la interrupción de un aparato de por medio.

Es por ello, que no me voy a explayar más sobre lo que debéis o no de hacer con ese endiablado aparatito, más que nada porque embarco en breve, pero lo que si os recomendaré es que intentéis expresar mas con palabras y gestos y menos con emoticonos, no solo haréis felices a los demás sino que también a vosotros mismos…creedme.

Porque como decía el gran William Arthur Ward “Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo”.

Felices Fiestas a Tod@s

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2 comentarios

A.S.I 27/12/2017 - 11:59

Me hagustado mucho.

Respuesta
Ariadna 27/12/2017 - 14:19

no puedo estar más acorde con tus palabras que intento transmitir a mis hijos día a día…hoy van a leer tu artículo Valentina! disfruta de las fiestas y de la Navidad rodeada de tus seres queridos, pero vuelve por favor, a tu seguinda casa! aqui te esperamos

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