Sobre viajes de novios

por Gonzalo Paraíso

Llega mayo y se abre la veda, empiezan a llegar ya sea por correo, por mail o por un cutre mensaje de WhatsApp -por que sí, es muy cutre hacerlo así-, las invitaciones de boda. Podemos decir, bien alto, que ha arrancado la Temporada de Bodas™.
Y sí, todas las bodas son diferentes, tienen esos detalles que las hacen únicas y que las distinguen del resto, pero si hay algo, en la que todas, absolutamente todas, coinciden, es en el viaje de novios o si lo prefieren… luna de miel.Sí, les hablo de esos viajes que se pegan los novios o mejor dicho, los recién casados, para celebrar su unión y que luego se encargan de restregarnos con las 4293728262 fotos que cuelgan en sus Facebook, Twitter e Instagram y, si además lo consideran oportuno, con un vídeo con todas esas fotos (que ya hemos visto) y nos invitaran a su casa a verlo y a explicarnos lo bien que se lo pasaron en esa playa paradisíaca con una piña colada en la mano mientras tomaban el sol en una playa de arena blanca.

Hay diferentes tipos de viajes de novios, a grosso modo: tenemos los mencionados previamente, que aprovechan su viaje de novios para irse 10 días a un resort de Riviera Maya del que volverán más morenos y con la pulsera del todo incluido puesta y contándonos hasta asegurarse que nos lo sabemos de memoria, como aquel señor tan simpático le bajó un coco de una palmera y se lo abrió con una espada para que pudiera comérselo.

Luego tenemos a los que se van a esa ciudad que siempre habían deseado conocer, lo más habitual es cruzar el charco para ir a alguna ciudad americana o, si el tiempo y el dinero lo permite conocer dos o tres, Nueva York, Washington y Chicago por ejemplo. Estos tendrán también fotos y probablemente también hayan hecho un vídeo pero quizá nos ahorraremos el tener que escuchar esa inolvidable anécdota hasta la saciedad.

También están los aventureros, por decirlo de alguna forma, los que se cogen la mochila y se van a visitar algún país exótico en el que lo más probable acabarán comiendo esos insectos de los siempre habían renegado al verlo por la televisión, pero que luego volverán asegurando que esas cucarachas que comieron en un mercado de Thailandia son un manjar que deberíamos probar, o de safari por África porque tú no lo sabias, pero siempre había querido dormir bajo las estrellas y amanecer viendo a los elefantes caminando a sus anchas.

Seguramente habrán muchos más tipos de viajes y seguramente todos habrán sido fantásticos y maravillosos y lo recordarán toda la vida. Y está bien que así sea, por que no todos los días uno se va de viaje para celebrar que ha encontrado a su persona. Y quizá este sea uno de los mejores motivos por los que viajar.

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1 comentarios

Atrapamundo 26/09/2017 - 17:04

Un buen artículo, gracias por compartirlo. Un saludo.

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