– ¿De que vas a escribir el segundo post?
– Sobre porqué viajar solo.
– Si tú no viajas solo. Solo una vez.
– Suficiente.
Y así fue como empezó la idea de este mi segundo post. Hoy les quiero hablar, animar incluso, a que se atrevan a viajar solos. A coger la maleta y marcharse a algún lugar que no conozcan o que ya conozcan, la única condición es que lo hagan solos.
Sí, quizá haberlo hecho solo una vez no me de todo el derecho del mundo para hablar con tanta contundencia, pero créanme que con aquella vez fue suficiente. Desde entonces no he dejado de recomendárselo a nadie.
Dicho esto, me dispongo a contestar la pregunta de más arriba: ¿por qué viajar solo?
Hay varios motivos para ello, para decidir emprender ese viaje sin más compañía que su maleta. Quizá el primero y más importante es que después de ese viaje ya no serán los mismos.
Viajar solo es la mejor forma de conocerse a uno mismo, el hecho de no tener a nadie con quien conversar las 24 horas del día da pie a unos diálogos con ustedes mismos en los que se sorprenderán reflexionando sobre cosas que hasta entonces ni se habían planteado.
Viajar solo es salir de su “zona de confort”, es hacer cosas que uno nunca pensó que podría acabar haciendo, es derribar los muros que sin saber bien porqué uno había acabado construyendo.
Viajar solo es conocer gente nueva, gente que podrá hacerles ver las cosas desde nuevos puntos de vista, puntos de vista que ni se habían cruzado por su mente.
Igual no me creen, quizá piensen que exagero, pero viajar solo es algo que en mayor o menor medida les va a cambiar la vida, así que ante la duda de si hacerlo o no, háganlo. No lo duden más. Reserven billete para uno y habitación individual, el resto vendrá solo.
P.D. Este post no habría sido posible escribirlo si hace 3 veranos no me hubiesen regalado esos billetes que me cambiaron la vida. Gracias.
